viernes, 30 de mayo de 2008

Volvemos después de la publicidad

La agencia de viajes “El destino” le ofrece a continuación su gran oferta de paquetes combinados para el año en curso.

Para todos los bolsillos, con más de mil variantes opcionales que podrá contratar, todas juntas o por separado, para hacer su estancia en el destino elegido lo más agradable posible, porque usted, sin duda, lo merece. Porque usted, sin duda, sabe lo que hace al elegir “El destino”, posiblemente la agencia con más experiencia de todo el Universo conocido y por conocer.

Nuestros experimentados agentes comerciales le atenderán siempre de una manera personal y profesional en cualquiera de nuestras oficinas, repartidas por todo el limbo. Siempre con una sonrisa en los labios, le orientarán para que su elección no resulte en ningún caso engorrosa o complicada. Déjese llevar por nuestra experiencia, y le aseguramos que usted le sacará el máximo partido a la cantidad que finalmente decida invertir en cualquiera de nuestros miles de productos, una pequeña muestra de los cuales le ofrecemos en este folleto informativo.

Mediante las más avanzadas técnicas científicas y naturales, compaginadas con la necesaria dosis espiritual en función de la zona elegida, le llevaremos a lugares de ensueño, playas paradisíacas, desiertos calcinados, bosques espesos, montañas inexpugnables, ciudades superpobladas, aldeas infectas, zonas devastadas o a punto de devastar, paraísos fiscales, monumentos históricos, fronteras sembradas de minas, campos de refugiados o países en conflicto permanente. Una vez en el destino elegido, y después de un corto período de indefensión absoluta que viene a durar de cuatro a doce años en función de la zona, más o menos, podrá usted moverse a su antojo, bajo su responsabilidad, por otras muchas zonas de nuestro programa vacacional, disponiendo, si así lo desea, de los sabios consejos de nuestros guías espirituales, que podrá utilizar, cuantas veces quiera, por un módico suplemento anual.

Y pasamos si más opción a exponerle la forma de actuación que viajes “El destino”, pensando siempre en la absoluta satisfacción de sus clientes, ha elaborado para usted.

¿Cuál es el truco para disfrutar de las felices vacaciones que le proponemos?. Muy sencillo: todo depende de la cantidad que usted esté dispuesto a pagar. Nada de multipropiedad, ni de cuotas anuales, ni mucho menos mensuales. Un único pago, que se puede aplazar en cómodos plazos durante el tiempo que usted desee, y que se puede abonar con la práctica totalidad de las tarjetas que a los efectos de pagar existen actualmente en el mercado. Y nada más. Una vez ingresada la cantidad, en un plazo inferior a un par de días, nuestro departamento científico en su totalidad procederá a realizar la conexión, y desde ese mismo momento, usted comenzará a disfrutar de su aventura vital.

¿Qué cantidad?, se preguntará usted con toda lógica. No se preocupe por este pequeño detalle. Nuestras tarifas están divididas en seis segmentos claramente diferenciados. Todo depende de su capacidad adquisitiva y de su espíritu de aventura, a partes iguales. Podemos hablarle de muchos clientes que escogieron a priori alguno de los segmentos más baratos de nuestro programa y acabaron en el más alto escalafón del segmento más alto. Queremos serle absolutamente francos, y en este sentido nos vemos obligados a confesarle que también existen bastantes casos en el sentido contrario, alguien que ha contratado nuestro servicio especial VIP y ha terminado en las cloacas de la sociedad. En esa amplia gama de posibilidades radica precisamente el encanto de nuestra oferta.

Vamos a resumirle a continuación, de una forma sintética y agradable, las características principales de cada uno de nuestros segmentos económicos, ordenados desde el de coste más elevado hasta el más asequible para todos los bolsillos.

- Servicio especial VIP: el segmento conocido con las siglas SEVIP le ofrece dos opciones: elegir un país situado entre los diez primeros del ranking mundial de tranquilidad y nivel económico, o elegir entre una familia acaudalada, que puede pertenecer a uno de esos diez países privilegiados, y que en ningún caso pertenecerá a un país situado por debajo del puesto número treinta del ranking anteriormente mencionado. Si el máximo representante de la familia elegida aparece en la revista FORBES en la edición correspondiente a la fecha en la que usted realice la reserva, dará lugar a un suplemento cuyo importe se detalla en las tarifas adjuntas a este folleto. Este es también el caso de que usted elija países que, no figurando en el ranking de los diez mejores, sean considerados paraísos en todos los sentidos, como Mónaco, Liechtenstein, San Marino, Luxemburgo, Isla Mauricio y muchos otros que podrá usted encontrar en el suplemento SEVIP, que con mucho gusto le enviaremos si es esta la opción elegida. A pesar de las numerosas peticiones recibidas por parte de nuestros clientes, nos hemos visto obligados a eliminar de nuestro catálogo al Vaticano, ya que, a pesar de ser un país, nuestros científicos no han encontrado todavía una forma ni fiable ni legal de hacerle aparecer a usted en el.

En caso de que el país elegido por usted se sumerja por motivos ajenos a su voluntad en la oscuridad de las guerras, la penuria económica o la concatenación de causas naturales adversas, le devolveremos su dinero. En caso de que se sumerja en cualquiera de las antedichas circunstancias a causa de su voluntad, recibirá usted la medalla especial de Viajes “El destino”, concedida a nuestros clientes que han conseguido, merced a su esfuerzo y dedicación, convertirse en líderes absolutos de los países que han elegido.

La características principales de su estancia en esta categoría se pueden resumir en los siguientes conceptos: derroche, frivolidad, lujo y un inmenso poder que le permitirá mirar por encima del hombro a todos sus semejantes. A menos que se convierta usted en un auténtico gilipollas, como le ocurrió a personajes como Patty Hearst, Paul Getty y otros inmaduros que no supieron asumir su privilegiada posición, gozará usted siempre de la eterna sonrisa que proporciona la seguridad económica y el prestigio social.

¡! Disfrute de la vida!!. Llevará usted relojes, que sustituirá a los tres o cuatro meses por cuestiones de moda o de mercado, cuyo precio superará con creces el presupuesto necesario para alimentar a toda una familia del tercer mundo durante un año. Sienta un escalofrío de placer al tomar conciencia de que su propio perro tiene el privilegio de disfrutar de servicios médicos, estéticos y culturales a los que ningún ser humano del tercer mundo tiene acceso. Gástese alegremente trescientos euros, doscientas libras esterlinas o quinientos dólares, en una comida ejecutada a base de nitrógeno y trocitos de hierbas raras, por el simple gustazo de presumir en su entorno, Valore, en definitiva, su altísimo estatus como ser humano.

- Servicio especial, a secas: uno de los segmentos sin duda más apreciado por nuestros clientes. Una vida sencilla, en cualquiera de los diez primeros países del mundo, pero en una zona rural. Siempre le queda la posibilidad, mediante un minúsculo desplazamiento, de acceder a los beneficiosos privilegios de vivir en una gran ciudad. Mientras tanto, disfrute de sus años rodeado de una virginal naturaleza, y de una fértil tierra que le proporcionará, a poco que se lo proponga, más alegrías que tristezas, regalándole productos que podrá consumir usted mismo y compartir con sus amigos y clientes. Por un pequeño suplemento adicional, le haremos llegar a un prestigioso viñedo de fama mundial con su “chateau” y todo.

- Servicio especial español. Permítase el lujo de viajar a uno de los países considerados tradicionalmente como entre los más felices del mundo. Siesta, toros, Almodóvar, pandereta, sol, sangría y corrupción urbanística. Acceda al privilegio de poder dejar abierto el grifo del agua en un país en continua guerra por tan preciado elemento. Conviértase en un sufrido ciudadano, y aguante con beatitud mariana los interminables atascos, las interminables colas a la hora de realizar cualquier gestión, las interminables envidias de sus vecinos o las interminables listas de espera de la Sanidad Pública (esta opción a punto de desaparecer de nuestra oferta).


Por un minúsculo suplemento, disfrutará usted del privilegio de pertenecer a alguna de las rancias familias que se reparten el territorio como si de una tarta de arándanos se tratara, a alguna de las rancias familias cuyos miembros llenan las revistas del colorín y los programas del corazón, o a alguna de las rancias familias que se llevan su dinero a países pertenecientes al segmento SEVIP. Valore usted la posibilidad de acceder a ese segmento mediante un simple movimiento de capitales. Como advertencia, comunicarle que no nos responsabilizamos si su empresa se ve envuelta en algún asunto de corrupción, si su vivienda se inunda por las repentinas crecidas de los ríos o si decide viajar a zonas consideradas como de alto riesgo de actividad terrorista.

- Servicio normal primera: dese usted el gustazo de viajar a ciudades de ensueño situadas en países en vías de desarrollo, como Dubai, China, Malasia, Emiratos... Los más altos rascacielos le esperan. Siendo más económico que los segmentos anteriormente mencionados, este segmento tiene un sobrecoste especial, debido a la extrema precisión que tienen que desarrollar nuestros científicos para hacerle llegar al lugar adecuado. Un pequeñísimo error de cálculo podría hacerle dar, Dios o lo que sea no lo quiera, con sus huesos en un puto desierto, o en una aldea infecta en la que llueve a todas horas y en la que una piara de cerdos vietnamitas comen, arrasan y destrozan todo lo que encuentran a su paso.

- Servicio normal segunda: este segmento es el que más amplitud tiene. Comprende toda China, India, amplias zonas de Rusia, Nueva Zelanda y la práctica totalidad de cualquier país del sudeste asiático, exceptuando las grandes macrociudades del segmento anterior. Su vida puede convertirse en toda una experiencia para los sentidos. Disfrute del orgullo de servir con su esfuerzo y su sudor al bienestar del primer mundo. Trabaje de sol a sol, saltándose el empalagoso periodo que comprende la infancia, por cuatro miserables rupias. Déjese empapar por la lluvia persistente de los monzones. Déjese embadurnar por el gratificante polvo de los caminos antiguamente conocidos como “La ruta de la seda”. Con un poco de suerte, y después de haber realizado una inversión ínfima, podrá usted, gracias a algún turista del primer mundo que se haya prendado de su belleza, acceder de manera inmediata al segmento SEVIP. Si elige India, disfrutará usted de la sinrazón de una mezcla de religiones ancestrales, que marcarán su vida en uno u otro sentido. Dispondrá usted en este caso, sin que le cobremos por ello ningún tipo de suplemento, de varias posibilidades en cuanto a su zona de llegada, sin que hasta el momento nuestro departamento científico haya sido capaz de convertirlas en una opción a elegir por usted, ya que las posibilidades no están limitadas ni por zonas geográficas, ni lingüísticas, ni de cualquier otro tipo. Lo mismo puede usted caer en el seno de una familia de Bollywood, que en el seno de una familia que lo primero que haga, si es usted mujer, sea arrojarla sin piedad al infecto río más cercano. Pasando, claro está, por la posibilidad de que llegue usted a una familia de parias, lo más lejano al ambiente de Bollywood descrito más arriba. La India es un microcosmos de todas nuestras ofertas, sazonado con un intenso colorido, con sabores exóticos y con un sentido religioso que supera cualquier tipo de racionalidad.

- Servicio cutre luxe: el más económico de nuestros segmentos vacacionales. Especialmente diseñado para los amantes del riesgo, la aventura y las ganas de vivir. Llegará usted a un país tercermundista o en plena crisis de conflicto armado. La naturaleza especial de este servicio nos impide ofrecerle la posibilidad de caer en alguna de las familias que controlan la situación. Nuestra desgraciada experiencia con el señor Idi Amin Dada nos hizo prescindir de esta posibilidad, a la que solo se puede acceder mediante el segemento SEVIP, sección Grandes Esquilmadores.

Viva usted la singular experiencia de no tener ninguna posibilidad en la vida. Forme parte del mayor porcentaje de seres humanos que pueblan la Tierra: el de los paupérrimos. Pase hambre, necesidades, peligros animales y humanos. Sienta en sus carnes la mordedura del racismo más exacerbado, de la miseria, de las enfermedades más sugerentes y de imposible curación por falta de medios. Aprenda a esquivar las balas, los machetazos, las innumerables minas enterradas fabricadas en países del primer mundo. Piense que, si sobrevive a todo esto, cosa poco probable que sin embargo alguno de nuestros clientes ha conseguido, estará usted más que capacitado para emprender un éxodo hasta el primer mundo, cada vez más cercano en la distancia pero más alejado en el espíritu, y se habrá ahorrado usted una pasta gansa.

Con esto le hemos resumido las características de nuestros segmentos vacacionales actualmente en vigor. Independientemente del que usted elija, podrá contratar paquetes suplementarios de imprimación de carácter personal, que se ordenan, desde el más barato al más caro, en las siguientes categorías: simplón (casi límite. Es el mínimo posible a contratar. De momento no se nos permite acceder a categorías inferiores), inocentón, normalizado (es el espectro más amplio), espabilado, listo, listorro, hijo de puta e hijo de la gran puta (máxima categoría. Reservado a traficantes de armas del primer o del tercer mundo, narcotraficantes, señores de la guerra , dictadores, asesinos y demás ralea). Piense usted que una elección acertada por su parte le permitirá acceder con mayor o menor comodidad de un segmento a otro, o disfrutar con más intensidad del entorno que haya elegido. Por ponerle un ejemplo que le pueda clarificar su posible elección, podríamos decirle que un simplón en SEVIP no necesita una categoría superior para pasarlo bien, mientras que a un viajero SCL (servicio cutre luxe) le vendría muy bien comprar un carácter al menos de espabilado para poder aprender a manejar un cayuco, por ejemplo.

Creemos que, a estas alturas, no es necesario advertirle que, a medida que se desciende de segmento, aumentan proporcionalmente las posibilidades de regresar al limbo en menos tiempo. Usted se ahorra dinero, pero se arriesga a tener que volver a empezar.

Esperamos haber sido capaces de aclarar sus posibles dudas, y no nos queda más que despedirnos de usted, no sin antes recomendarle encarecidamente que, para su próxima experiencia vital, nos elija a nosotros, ya sea por nuestra reconocida experiencia en el mercado o porque, seguramente, habrá usted comprobado que, cualquier consideración que mezcle la religión con el hecho de vivir, es a la larga un absoluto fracaso. Créanos. Hemos sido capaces de convertir la opción de nacer en tal o cual lugar en una simple cuestión de dinero. No se caliente la cabeza con otras consideraciones.

Sin más, recomendarle finalmente, la mejor opción posible: nazca con nosotros, o siga usted en el limbo, amigo. Usted decide.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Diálogos de Carmencitas





He decidido recopilar en un libro quince de los dieciséis relatos escritos hasta el momento en mi blog “Los relatos del acompañante”. Los amigos de BUBOK brindan la oportunidad de publicar tu libro a tu gusto, controlando la portada, el tamaño, el tipo de papel...Creo que el resultado es lo bastante digno como para comprarlo, y a un precio asequible. La forma de pago también es una novedad, pues se puede pagar con cualquier tarjeta, y también mediante el sistema Paypal.

Los relatos van desde el primero, “Dulce Navidad”, publicado en Diciembre de 2007, hasta “Amaretto sensual”, que apareció en Marzo de este año. He utilizado uno de los relatos, “Al viento le pregunto”, dividiéndolo en dos partes y modificándolo ligeramente, para añadir a la recopilación una presentación y un epílogo. Hay una dedicatoria especial a Edda, fiel lectora de mi blog, que con sus inteligentes comentarios y sus apreciadas palabras de ánimo me ha animado cada semana a seguir con el blog.

La dirección para comprar los libros es la siguiente:

http://felixon.bubok.es/

También tenéis la opción de leer los relatos, gratis, en el blog, cuya dirección es la siguiente:

http://relatosdefelix.blogspot.com/

Aunque lo más seguro es que, cuando leáis un par de relatos, estaréis deseando comprar el libro.

lunes, 12 de mayo de 2008

El hombrecito azul


Gustavo cogió al hombrecito azul y acarició su mejilla con la cabeza del muñeco. Tuvo una repentina sensación de bienestar. La calma, la paz, y una cierta laxitud mental, se apoderaron de su espíritu con la misma fuerza que si se hubiera fumado una pipa de opio.

El hombrecito azul acompañaba a Gustavo desde su más tierna infancia. Se trataba de un muñeco de tela que le había hecho su madre, con la forma de un ser humano, los brazos y las piernas ligeramente abiertos, la cabeza redonda y ningún rasgo que le caracterizara. Ni orejas, ni ojos, ni ningún otro elemento que sobresaliera de aquella superficie clara y limpia. Un trozo de tela azul claro, liso, formando un cuerpo que se deformaba, y recuperaba después su forma, gracias al sabio relleno, mezcla de arroz y serrín, que le había colocado la madre de Gustavo en las entrañas.

Al principio eran los dos casi del mismo tamaño. Cuando llegaba del colegio, Gustavo subía directamente a su habitación, agarraba al hombrecito azul, al que por aquel entonces llamaba “el pelele”, y le sometía durante más de dos horas a una soberana paliza, compuesta principalmente de puñetazos, mordiscos, estrangulamientos y temibles llaves de una especie de jiu-jitsu inventado por Gustavo, cada vez más perfeccionadas, que acababan con el pobre muñeco estrellado contra el techo o contra el marco de la pesada puerta de madera de la habitación. Gustavo, criaturita, se enardecía ante la pasividad del “pelele”, que encajaba las torturas de su amo con un estoicismo digno de figurar en cualquier tratado de filosofía. Lejos de apiadarse de su esclavo, Gustavo proseguía con sus vejaciones hasta terminar literalmente agotado, sudoroso y satisfecho de su supremo poder sobre el muñeco.

La beatífica sonrisa que caracterizaba sus momentos de paz interior, se dibujó en el rostro de Gustavo, y ya no se borraría en una larga temporada. Se probó el smoking, que le quedaba perfecto, se colocó la pajarita, se ató los cordones de sus perfectos zapatos de charol negro, y todavía le sobró tiempo para darles un par de consejos a sus padres, en especial a su madre, la madrina. Miró su magnífico reloj Patek Philippe. Todavía sobraba tiempo. Se permitió el lujo de volver a su habitación a darle el último abrazo al hombrecito azul.

Las palizas al muñeco fueron perdiendo intensidad a medida que Gustavo crecía y el muñeco se le iba quedando pequeño. Algún estudioso de los recovecos de la mente humana hubiera podido aventurar una teoría, tal vez un cierto sentido de la decencia que se iba desarrollando poco a poco en el privilegiado cerebro de Gustavo, que comenzó a despuntar en el colegio gracias a su inteligencia y a su desarrollada capacidad para las matemáticas. Debía de parecerle un signo de crueldad innecesario ensañarse con algo que no le podía responder, y además de un tamaño cada vez más inferior al suyo. El caso es que, un buen día, Gustavo agarró del cuello a su hombrecito azul, pero en lugar de soltarle la bofetada de rigor, le sentó con sumo cuidado en la almohada de la cama, y se limitó a observarle. Jamás volvió a darle una paliza a aquel trozo de tela, que con tanta resignación y piedad cristiana había soportado su salvajismo durante todos aquellos años.

Todo transcurría según lo previsto. Su padre condujo el Audi de un modo perfecto hasta Los Jerónimos, a pesar de la incipiente demencia senil que se iba apoderando de su cerebro. Su madre, nerviosa como un flan, estaba radiante con aquel vestido de Pedro del Hierro. Sus compañeros de carrera, ingenieros de caminos como el, le recibieron con los brazos abiertos y abrazos de felicidad. La Iglesia, luminosa, parecía contenta de albergar su enlace con Rebeca Sotillos, la hija del famoso armador Francisco Sotillos, a la que había conocido mientras ambos estudiaban su master de dirección de empresas en Boston.

Rebeca llegó radiante, como un sol esplendoroso. La ceremonia se desarrolló de forma tranquila y reposada. La sonrisa de Gustavo había conseguido transmitirle a la novia la misma paz de la que disfrutaba el novio. Todo el mundo estaba tranquilo y contento aquella tarde. Hasta la madrina, que se había mantenido como un flan hasta llegar a la iglesia, parecía ahora mucho más sosegada.

Y después de la ceremonia, la cena, en el Casino de la Calle Alcalá, con sus entraditas de diseño y sus menús artísticos. Los invitados recibían cada plato con un “ooooohh” de admiración, y algunos, los más atrevidillos, se permitieron incluso el lujo de aplaudir a la llegada del postre, un suflé coronado con tejas de trufa y láminas de turrón caramelizadas. Aplaudieron de una forma sutil y elegante, por supuesto.

Todo se desarrolló según lo previsto, sin estridencias, con la elegancia propia de los amigos y familiares de una pareja con tanta clase y savoir-faire como la formada por Gustavo y Rebeca. Los discursos que dieron los mejores amigos de la pareja, llamando la atención de los invitados con ligeros tintineos en las copas de cava, tuvieron una altura sentimental fuera de lo común. El que ya no estuvo tan acertado fue el padre de Rebeca, el armador, que había abusado bastante del Pesquera y desbarró un poco al tratar de hacer ver a todo el mundo que no perdía una hija, sino que ganaba un hijo.

Los invitados fueron abandonando poco a poco los abigarrados salones del Casino para bajar a la discoteca, en el sótano del edificio, donde se sirvió una barra libre compuesta de los más prestigiosos licores de marca. Rebeca y Gustavo aprovecharon el álgido momento de la Conga de Jalisco, que se dejó escuchar a altas horas de la madrugada, para despedirse tímidamente de sus familiares y amigos y abandonar la fiesta que se había montado en su honor.

Tampoco se borró la beatífica sonrisa del rostro de Gustavo durante las cuatro semanas siguientes, en las que la pareja disfrutó de un soberbio viaje a la Patagonia, Japón y la costa Oeste de los Estados Unidos, financiado casi en su totalidad por el adinerado padre de Rebeca. Durante los gloriosos momentos en los que los naturales escarceos amorosos de la pareja remitían, tuvieron la ocasión de contemplar con sus propios ojos algunas de las zonas más descaradamente bellas de todo el planeta.

A su vuelta a la realidad, con el cansancio acumulado del viaje de novios, la pareja se tomó un par de días de descanso en la casa del barrio de Salamanca que habían comprado para desarrollar, como mandaban los cánones, su vida en pareja. Al final del merecido descanso, prodigaron las visitas a sus respectivas casas, durante una semana más, al objeto de recuperar su objetos amados. La extensa librería del salón, de más de veinte metros cuadrados, albergó sin problemas la colección de libros, tanto técnicos como lúdicos, que cada uno de los contrayentes había ido acumulando a lo largo de su vida. Los amplios armarios tampoco tuvieron ningún problema para guardar en su interior el extenso catálogo de ropa de marca de cada uno de ellos.

El domingo por la tarde, Gustavo sacó por fin al hombrecito azul de su bolsa de viaje, y lo colocó en la cama de matrimonio, entre los dos cojines, sobre el edredón decorado con flores de lis y tulipanes reales. Rebeca entró en aquel momento en la habitación.

- ¿Qué haces?.
- Pues mira. Colocar al hombrecito azul.

A Gustavo le pareció que el rostro de Rebeca, tan radiante desde hacía más de un mes, se ensombrecía de repente y adoptaba una extraña expresión, mezcla de asco y tristeza, al tiempo que le decía:

- Pero Gustavo, por el amor de Dios, digo yo que el hombrecito azul no pega mucho con el edredón de La Redoute, tienes que comprenderlo...

Aquel fue el preciso momento en el que la beatífica sonrisa de Gustavo se borró de su rostro para siempre.

La policía irrumpió en la vivienda, avisada por las nerviosas llamadas de varios vecinos que, dado su estatus, no estaban acostumbrados a convivir con los salvajes gritos que se habían dejado escuchar, apenas una hora antes, procedentes del piso de Gustavo y Rebeca. Al avezado oficial que llegó en primer lugar al dormitorio de matrimonio, el corazón le dio un repentino vuelco en el pecho, al tiempo que le temblaron tanto las piernas, que no le quedó más remedio que sentarse a la orilla de la cama, agarrándose con las dos manos al edredón para no caerse. Los dos oficiales que le acompañaban, más bisoños que su compañero, tuvieron el tiempo justo para darse la vuelta y vomitar sin ningún pudor, y sin poder contenerse, sobre la soberbia tarima de madera antigua que algún decorador de alta cuna había colocado en las habitaciones nobles de toda la casa.

Lo que apenas unas horas antes había constituido el cuerpo lleno de vida de una persona de gran belleza llamada Rebeca Sotillos, colgaba ahora, como un amasijo informe, de la barra de hierro fundido de la que caían las cortinas. Gustavo se las había arreglado para ensartarla, como en un espetón, cogiéndola en vilo y empujándola brutalmente contra el extremo puntiagudo de la barra. No contento con eso, le había descerrajado el estómago, y esparcido los intestinos desde su posición hasta la lámpara de araña del techo de la habitación, de la que pendían oscilantes, sanguinolentos y todavía templados, como si de unos macabros adornos de feria se tratara. Gustavo contemplaba su obra sentado en el suelo, con la cabeza apoyada en el lateral de la cama y el hombrecito azul firmemente abrazado. Sus ojos, vacíos, contemplaban las dos palabras, al principio incomprensibles para el policía, que había escrito en la pared con la sangre de Rebeca: “Hombrecito azul”.

Cuando le encerraron, sin que nadie se hubiera preocupado de arrebatarle de los brazos al hombrecito azul, Gustavo pasó su mano por las suaves paredes acolchadas de la celda.

- Mira. Vamos a ser felices aquí, hombrecito. Son azules. Como tu.