domingo, 20 de enero de 2008

La charla informal


Director: Fermín
Empleado: Emilio

Emilio empuja la puerta del despacho de Fermín después de llamar. Un despacho grande, de unos cuarenta metros cuadrados, con una amplia cristalera de suelo a techo en el lado sur desde la que se divisa una impresionante panorámica de la ciudad. Fermín se levanta sonriente de su silla de cuero negro, y le tiende la mano a Emilio antes de que este recorra, de tres zancadas, la distancia que le separa de la mesa.

F.- Bienvenido, Emilio.
E.- Gracias, Don Fermín. Creo que me ha llamado.
F.- Así es, así es. Siéntese. Ya tenía ganas de mantener con usted una charla informal. Hace bastante tiempo que no me paso por su departamento, y creo que este es un buen momento para cambiar impresiones. He mirado la agenda, por supuesto. Ninguna reunión a la vista, el informe mensual de resultados entregado...
E.- Si. Parece que este es el momento más oportuno, Don Fermín.
F.- Bueno, Emilio, por favor. Deje de llamarme don Fermín. Lleva usted en esta empresa bastantes más años que yo, y casi me dobla la edad, así que vamos a dejarnos de formulismos y hablemos como un par de amigos que navegan en el mismo barco, ¿no le parece?.

Emilio sonríe y se deja caer en la silla, abandonando la tensión que había mantenido hasta el momento.

E.- Claro, Fermín, claro. Como a usted le parezca.
F.- Además hoy es viernes, quedan un par de horas para salir...Ya nos podemos relajar y afrontar con alegría el agotador fin de semana. Vamos a tutearnos, Emilio.
E,. Vale, de acuerdo. Como tu digas.

Fermín gira su silla, y saca una carpeta negra del primer cajón de la estantería situada a su espalda.

F.- Los resultados del informe son inmejorables. Tu departamento ha desarrollado, gracias a tus conocimientos técnicos, una tecnología puntera para elaborar electrodos láser. Eres un profesional indiscutible, Emilio. He recibido más de treinta llamadas esta semana felicitándonos por nuestra gestión en el mercado, y hasta el presidente del consejo en persona se ha interesado por conocerte personalmente. Es muy posible que dentro de muy poco seas invitado al palco de honor en el estadio, y ya sabes lo que eso significa, lo que puede suponer en tu trayectoria personal y profesional un espaldarazo proporcionado por el presidente de la compañía en persona. Estamos muy orgullosos de ti.
E.- Bueno. Me dejas de piedra. Esta es una gran sorpresa para mi. No merezco ese privilegio. Tengo un buen equipo, eso es todo.
F.- Emilio, tu y yo sabemos de sobra que el estómago no funciona si la cabeza falla. Eres un técnico con mayúsculas, y además de eso, eres un líder nato, que maneja a su equipo como quiere. ¿Sabes que hemos hablado con todos los miembros del equipo, y que no hay uno solo que no considere un honor trabajar bajo tu ala protectora?. Te consideran poco menos que un padre, y rinden más precisamente por tu facilidad para crear un ambiente cordial en el puesto de trabajo. Han formado una piña humana que se mueve al son que tu les toques, y eso es muy importante, Emilio. Tu gestión roza la perfección.
E.- Bueno, Fermín, creo que te estás pasando. Me estás adulando demasiado. Yo no hago otra cosa que cumplir con mi deber.
F.- Haces algo más que cumplir con tu deber. Trabajar a tu lado supone un placer para los que te rodean. Más de uno me ha comentado, cuando ha tenido ocasión, que todos deberíamos aprender de ti, asimilar tu filosofía de vida, tu ética, tu rectitud y tu integridad ante los retos que surgen día a día en el sector en el que nos movemos. Estarás de acuerdo conmigo en que es difícil encontrar hoy en día profesionales de tu categoría, y quería preguntarte precisamente algo relacionado con este tema. Dime una cosa, Emilio. ¿Estás contento con lo que ganas?.
E.- Por supuesto. Tengo un buen sueldo, acorde con la labor que desempeño y bastante por encima de la media de mercado. No me puedo quejar. Y eso sin contar con los incentivos que tan generosamente repartís de vez en cuando.

Los dos hombres ríen durante unos segundos.

F.- ¿Y tu horario?. ¿Qué te parece tu horario?. ¿Crees que necesitarías más tiempo libre para estar con tu familia?. Tienes dos hijos, ¿no?. Recuerdo haberlos visto en la jornada del verano pasado. Uno de quince y otro de trece.
E.- Adrian y Héctor. Así es.
F.- Y tu mujer, tu mujer...Espera. Sí, Maribel. Ya recuerdo. Mi mujer se hizo instantáneamente amiga de ella. Creo que han quedado incluso un par de veces para ir de compras. Me ha hablado muy bien de ella.
E.- Estás muy bien informado. Maribel, en efecto. Lo que no sabía es que había quedado con la tuya. Lleva bastante en secreto sus salidas sociales.

Nuevas risas

F.- ¿Echas de menos estar más tiempo con tu familia?.
E.- No. Creo que no. Gracias a mi horario he conseguido conciliar perfectamente mi vida laboral y mi vida personal. Me puedo permitir el lujo de llevar a mis hijos al colegio, y de recogerlos por la tarde. Cualquier padre amante de sus hijos mataría por estar en mi lugar.
F.- Podría decirse, entonces, que estás bastante satisfecho con tu situación laboral, ¿no es así?.
E.- Si, creo que si.
F.- Entonces, Emilio, dime una cosa. ¿Porqué estás tratando de joder a la compañía?.

La entrañable complacencia y aparente felicidad se ha borrado de repente de la cara de Fermín. Se inclina hacia delante y apoya los brazos sobre el tablero de cristal de su mesa de despacho. Emilio ha empalidecido de repente.

E.- ¿Cómo?. No te entiendo, Fermín.
F.- Sabes de sobra de lo que hablo, Emilio. El informe Cornel no deja lugar a dudas.
E.- ¿El informe Cornel?. ¿Qué es eso?. Se habla, se rumorea más bien sobre el, pero nadie sabe a ciencia cierta de su existencia. Todo el mundo cree que no es más que una leyenda urbana.
F.- Pues no lo es, Emilio. Lo que ocurre es que nunca se saca a la luz, salvo que el caso lo requiera, y tu caso es uno de los más singulares de los últimos tiempos, créeme.
E.- Pues no entiendo nada.
F.- Voy a intentar explicártelo muy claro, para que lo entiendas. Ni que decir tiene que nada de lo que hablemos ahora en este despacho puede llegar a oídos de ningún empleado de la compañía. El informe Cornel es confidencial para cada persona, y en la elaboración del mismo están implicadas organismos e instituciones al más alto nivel, tanto nacional como internacional. Eres un profesional, y sé de sobra que llevas en la sangre el concepto de honestidad, así que no tengo ningún reparo en ponerte al corriente de tu ficha en Cornel.. No me quedaría más remedio que crujirte el alma si rompieras la confidencialidad.

Fermín saca del interior de la carpeta negra una pequeña hoja plastificada.

F.- Veamos... Sí, aquí está. Básicamente es sencillo. Se trata más o menos de analizar tu grado de consumismo con relación a lo que ganas. Aquí dice que tu grado está muy por debajo de lo que se considera la media. Sin ninguna razón aparente, todo hay que decirlo, porque terminaste de pagar la hipoteca de tu casa hace más de diez años, así que no existe ningún atenuante que pudieras alegar ante una situación como la tuya.

E.- ¿Ningún atenuante?. ¿Es que se me considera culpable de no consumir?

Fermín sonríe

F.- No, hombre, tanto como culpable...Digamos que, en una sociedad tan difusa como la nuestra, en la que se han borrado todas las etiquetas, se valora más un comportamiento mas...Mas acorde con los tiempos que vivimos, para que lo entiendas. Existen personas en la compañía que ganan bastante menos dinero que tu, y sin embargo consumen más.

E.- ¿Y como se sabe lo que consume cada uno?
F.- Eso es muy sencillo, Emilio. Hay un entramado de comunicación que lo conecta todo. Mira, te voy a poner un ejemplo. Emilio Sánchez, ¿no es así?.
E.- Si, si. Sánchez es mi apellido.

Fermín teclea el nombre, y casi al instante, aparece en el monitor un listado de videos. Elige uno al azar y lo visualiza. Emilio observa con expresión de incredulidad.

F.- Mira. Eres tu, entrando en Zata el día...Si, el día 18 de Enero. Esa es tu mujer, ¿verdad?. Bueno, voy a pasarlo un poco rápido...Así. ¿Ves?. Sales del local sin comprar nada. Una pequeña muestra. Estos videos los manda a Cornel la tienda que sea, o los graba Cornel, no lo sé, pero todo está conectado. En esas ocasiones, lo que estaría mejor visto es que compraras algo, aunque fuera simbólico. Al parecer también tienes la tarjeta del Corte Galés, y en los tres últimos meses no tuviste ningún movimiento. Cornel recibió una notificación del Corte de las más peligrosas. Etiqueta roja, no te digo más. Tu mujer, cuando salió con la mía, tampoco compró nada. En realidad, aquello fue un poco el detonante, el motivo para que me fijara un poco más en ti. Joder, Emilio, es que vas a cenar por tu aniversario de bodas, y ni siquiera pides vino, coño. Aquí tengo tu cuenta del Tatarfi. Y no voy a entrar en el local que escogiste. El Tatarfi. Un aniversario se merece un poco más de categoría, ¿no te parece?.
E.- Pero vamos a ver...No sé por donde empezar. ¿Estás diciéndome que se investiga la vida privada, los movimientos y los gastos de cada empleado de esta compañía?.
F.- No, no, Emilio, no te equivoques...De esta, y de todas, las compañías –Fermín enfatiza la palabra todas-. Es muy simple. Se empieza con los índices de audiencia. ¿Qué trabajo cuesta dar un pasito más?. Lo que ves, lo que te gusta, lo que más lees...Una cosa lleva a la otra. Lo que consumes, lo que ahorras. Vamos a ser sinceros, Emilio: existen serias sospechas de que estás ahorrando, y eso está muy, muy mal visto. Se te ha visto en varias ocasiones saliendo de la ciudad, y los satélites te han localizado en escenarios idílicos, a la orilla de un río, cerca de la provincia de Guadalajara. Sabes de sobra que está bastante en desuso la actitud rural. Hubo una época en la que ese comportamiento estuvo a punto de terminar con los pilares básicos de convivencia que las compañías habían conseguido levantar, pero todo eso se acabó, ¿me oyes?. Se acabó. Ya no hay lugar para la emotividad, para lo arcaico, y el mundo rural es anticuado, antieconómico y contraproducente.

E.- Bueno, estoy ahorrando una pequeña cantidad cada mes, si. Quiero comprarme una barca y una buena caña de pescar.

Fermín da una palmada y levanta las manos.

F.- ¿Ves?. Ahí lo tienes. ¿Eres consciente del peligro real que supone ese salto a lo bucólico?. Soledad, misoginia, depresión, falta de rendimiento...Os venden la moto de la paz interior, del placer de no hacer nada, de la quietud y la paz, y caéis como moscas. Cada vez menos, afortunadamente, pero todavía sois muchos los trogloditas en potencia a los que no os importa que esta sociedad, levantada con esfuerzo e ilusión, pueda venirse abajo. Por suerte, el sistema no se ha aborregado tanto como las personas que lo integran, y ha sabido crear los medios, los mecanismos precisos para defenderse de la innata insensatez del ser humano. El informe Cornel es una muestra de ese eficaz sistema, pero existen muchos otros. Tenemos también constancia de que te llamaron los de Seguros Petra para ofrecerte un seguro de vida, y rechazaste la oferta, cuando era una de las más ventajosas.
E.- ¿También escucháis las llamadas privadas?.
F.- No todas. Las relacionadas con asuntos comerciales, solamente. Las privadas, solo si la persona a escuchar es sospechosa de mantener actitudes inconformistas.
E.- Bueno, está bien. No voy a intentar cuestionar la legalidad de todo esto...
F.- Puedes cuestionarla si quieres, pero no te valdría de nada. La mitad de la plantilla de Cornel está compuesta por ingenieros abogados.
E.- Ya, ya, lo supongo. Lo que no se me ocurre intuir es qué va a pasar ahora.

Fermín se encoge de hombros y abre los brazos.

F.- Pues en tus manos está, Emilio. O formas parte del sistema, o te sales de el. Así de sencillo. A la compañía no le interesa tener un disidente, y más cuando tienes personas a tu cargo, y personas que además te respetan, te aman...Y podrían convertirte en una referencia, no sé si me entiendes. Con el tiempo y su acercamiento personal y emotivo hacia ti, hasta podría darse el caso de que acabaran pensando como tu, y eso, Emilio, es un reguero de pólvora que podría llegar a hacer daño. Un daño ligero, pero engorroso.
E.- Pero soy un técnico inmejorable. He ganado premios, estoy en los primeros puestos del ranking interempresas... Supongo que a la Compañía le dolería desprenderse de alguien como yo.
F.- Todo eso son falacias, Emilio. Salpicaduras al ego de los empleados, para que tampoco se adormezcan en los laureles. Créeme. A la compañía le interesa más el más fiel y acomodado al sistema, que el más completo de los profesionales.
E.- El más borrego, querrás decir.
F.- Míralo como quieras, pero esa forma de verlo no dice mucho en tu favor.

El teléfono móvil de Emilio comienza a sonar.

E.- ¿Si?... Ah, sí, sí, soy yo, Maribel... Ya, ya, ya me acuerdo. No... Escucha... No, es que no va a poder ser... No, verás, es que el lunes tenemos que entregar un proyecto, y voy a tener que trabajar en casa el fin de semana...Si, si, algo urgente...Pues nada, anúlalo, ya iremos en otra ocasión... –Emilio enrojece de repente y mira a Fermín-. Ya, ya, pues dile que ya estrenaremos en otra ocasión la caña de pescar que se ha comprado...Vale, vale, cariño...Te tengo que dejar. Estoy a punto de entrar en una reunión.

Fermín se levanta y se coloca al lado de Emilio, colocando una mano amigable encima de su hombro. Emilio guarda el móvil y se levanta.

F.- Bueno, no está mal. Podría considerar la llamada que acabas de tener como una declaración de intenciones.
E.- Si, sin duda. Puedes considerarlo como te de la gana. Si no tienes nada más, me gustaría rematar un listado antes de salir.
F.- Por supuesto, Emilio, por supuesto. Por cierto: supongo que os acercareis al Plutonio este sábado, ¿no?. Lo inauguraron el miércoles pasado. Dicen que es el Centro Comercial más grande de Europa.

Emilio se encoge de hombros

E.- Supongo...

Fermín tiende su mano. El otro la mira sin demasiado entusiasmo un momento antes de estrecharla.

F.- Muy bien, Emilio. Me ha alegrado mucho mantener esta charla informal contigo. Te deseo un gran fin de semana. Que te diviertas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ufff, esoero que el informe Cornel se mantenga en el lugar más recóndito de tu imaginación, porque en caso de existir yo estaría fichada por todas las librerías de mi ciudad, jajajaja.
No creo que a esta sociedad le haga falta ningún informe Cornel, ya estamos bastante fichados ¿no te parece?. Afortunadamente cada vez hay más gente que sube al monte los fines de semana (yo lo hago a veces), aunque cada vez seamos más consumistas.

Un saludo.

Anónimo dijo...

¿Cada vez más gente?. Eso es lo que dudo, precisamente. Y prefiero no ponerme a pensar hasta qué punto estamos fichados.

Pero bueno, siempre nos quedará la Sierra de Guadarrama para escaparnos.

Saludos